En esta encantadora escena, un dragón amistoso y somnoliento se ha acurrucado alrededor de la torre de un castillo. Su expresión es serena y amigable, mostrando que no tiene nada que temer de este gigante. Sobre su nariz, un pequeño pájaro descansa con confianza, disfrutando del fresco aire nocturno bajo un cielo estrellado. Las estrellas brillan suavemente, creando un ambiente mágico y pacífico en torno al castillo. El dragón, con escamas que parecen mezclarse con las sombras de la noche, vigila el castillo mientras sueña dulcemente. ¿Te atreves a darle color a este mundo de fantasía?