La escena muestra a un profesor/a de informática apasionado/a guiando a un grupo de estudiantes en una clase de codificación. Los niños están sentados ante sus tablets educativas, con miradas de curiosidad y entusiasmo mientras exploran el fascinante mundo de la programación. Alrededor de ellos flotan números binarios y piezas de rompecabezas, simbolizando los desafíos y las maravillas que se esconden detrás del aprendizaje del código. El profesor/a, con una expresión amable y una pizca de magia en sus ojos, motiva a los chicos, asegurándose de que cada uno encuentre su propio camino para resolver los enigmas digitales. ¡Es un día perfecto para aprender, crear y jugar con la tecnología!