En la encantadora aldea medieval, se encuentra la herrería de Don Forja, un herrero amable y sabio. En la escena, Don Forja está forjando herramientas de metal, su rostro iluminado por el resplandor del fuego y su sonrisa cálida. Los niños del pueblo se reúnen alrededor, observando cada golpe de su martillo con ojos brillantes y sonrisas de asombro. Algunos aplauden y otros señalan con entusiasmo mientras Don Forja trabaja con habilidad y paciencia. La herrería está llena de detalles interesantes, como viejas herramientas en las paredes y un gato curioso que se pasea entre las piernas de los niños. Es un día especial y todos sienten la magia del momento.